CONFLICTO: Del latín “conflictus”. El conflicto surge de la lucha entre dos fuerzas contrapuestas con cuyo desarrollo fluye la trama dramática. Podemos afirmar que sin conflicto no hay drama.
COMICIDAD: ironía, humor. El humor es el
procedimiento favorito de los dramaturgos. Aún cuando el humor tiene puntos de contacto con la ironía y la sátira, incluso utiliza algunos recursos de ellas, tiene su propia personalidad. Mientras la ironía y la sátira dan a
menudo una impresión de frialdad e intelectualidad, el humor es más caluroso, menos "cruel", más humano.
Se pueden distinguir procedimientos de lo cómico:
- Comicidad de situación: La risa provocada por una situación particularmente desacostumbrada y graciosa, o simplemente por el discurso y el comportamiento de un tipo de personaje.
- Comicidad de palabras: Juegos de palabras, repeticiones, ambigüedades, invenciones verbales.
- Comicidad de costumbres (de carácter): El personaje tiene numerosos defectos cuya acumulación produce el efecto de una caricatura o de una parodia.
COMPARSA: Actores que intervienen en una obra, pero
que no hablan.//Figurante supernumerario que está en escena pero que no tiene
parlamentos que decir. Su función es acompañar, “hacer bulto”.//Figura del
conjunto.
COMPLICACIÓN: Momento de la obra (esencialmente en la
dramaturgia clásica) en que el conflicto se intrinca y la tensión dramática se
hace cada vez mayor. Cada episodio hace más intrincada su situación, hasta
el conflicto abierto o hasta la catástrofe final.
COMPOSICIÓN: Características psicológicas, físicas y
sociales que conforman un personaje. Se entiende también por composición al
trabajo que realiza el actor para darle identidad a su personaje.
CONTRASTE: Creación de explícitas diferencias en la
iluminación de objetos o áreas.
CORBATA: El primero de los términos del espacio
escénico, generalmente situado por delante del arco de proscenio y del telón.
Se sitúa a ala vista del público y no tiene decoración de bastidores, por estar
por delante de éstos.
CORRAL: (PP95) Lugar donde se representaba la Comedia Nueva
Española de los Siglos de Oro, (siglos XVI y XVII). Los corrales pertenecían a
cofradías religiosas, que con fines caritativos o devotos los alquilaban a las
compañías teatrales (unas ocho compañías reconocidas hacia finales del siglo
XVI). El corral consistía en un patio cerrado por casas, a cielo raso, y un
escenario cubierto por un tejadillo con decorados muy simples, a veces
inexistentes. El público se repartía en el patio (los hombres “Mosqueteros”, en
pie), en los balcones y ventanas que daban al patio (“aposentos” alquilados por
los nobles) y en la “cazuela”( reservada a las mujeres). El teatro o Corral de
la Cruz (1579) y el Teatro del Príncipe (1582) fueron los más importantes de
Madrid. Las funciones tenían lugar por la tarde y terminaban una hora antes de
la puesta del sol. Solían durar de dos a tres horas. Generalmente había
representación los días festivos y dos o tres veces por semana.
(continuará)
ESTAS SON MIS FUENTES:
DICCIONARIO DEL TEATRO – Patrice Pavis
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