martes, 11 de marzo de 2014

HISTORIA XI


EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL 2ª PARTE

En estos corrales asistimos a un atisbo de escenografía para diferenciar las distintas localizaciones de la acción dramática. El procedimiento consistía en una cortina. Todo lo que se representaba delante de ella se suponía que pertenecía al exterior, la calle, el campo …. Al descorrer la cortina, la escena representa los interiores. También se utilizaban las ventanas o los balcones corridos …
Otro modo de escenificar el desplazamiento de los personajes consistía en que salían por un lado del escenario , dejaban la escena vacía y volvían a entrar por el lado contrario dando la sensación de haberse desplazado a otro espacio.

Poco a poco fueron apareciendo otros elementos escenográficos:
  •        El sol era un disco de papel tras el que ardían varias candelas, o simplemente pintado en un lienzo igual que la luna.
  •        Los truenos eran producidos por el ruido de un barril rodante lleno de piedras y el viento con un mecanismo giratorio.
  •        Para representar el jardín o bosque se sujetaban manojos de follaje o arbustos leñosos a los dinteles de las puertas frontales del escenario.
  •        La roca, el risco o peña es, en ciertos momentos, elemento fijo, pero muchas veces también elemento móvil, accionado por ruedas.
  •        Había escotillones o trampillas de acceso al escenario desde abajo, las mismas que sirvieron en el teatro medieval para que los demonios salieran de debajo de tIerra.
  •        Están documentadas máquinas que hacen desaparecer actores a la vista de público, haciéndolos descender e incluso aparecer. Todo ello mediante un sofisticado juego de poleas y cuerdas.
  •        Otro artefacto para idéntico efecto era el llamado bofetón, especie de cajón con un eje central fijo, que, rotado 180°, hacía desaparecer la figura y, posteriormente, la hacía aparecer.

Iniciado y avanzado el siglo XVII, estas tramoyas fueron ganando adeptos, pues hacían que aumentara en el espectador su gusto por el teatro..

Con la llegada de los Austrias el teatro cortesano encontró pleno acomodo en España. Felipe IV, que llega al trono en 1621, da el impulso definitivo a tales espectáculos. En su cumpleaños de 1622 hizo ubicar en Aranjuez un teatro portátil.

Justamente con el florecimiento del teatro cortesano, que poco a poco fue siendo consumido en su vertiente social por la nobleza española, comienza la revolución técnica en el teatro nacional, que coincide con los últimos años de Lope de Vega y la irrupción de Calderón.

En estos teatros palaciegos existía ya el telón de boca y, por supuesto, se habían puesto en uso las nociones de perspectiva. 

Este teatro cortesano, apoyada en la enorme profundidad de los escenarios, podía producir efectos escenográficos muy superiores a las posibilidades de los corrales, que no teniendo apenas profundidad debían lograr otro tipo de ilusiones a la vista.


(Continuará)

MIS FUENTES:


HISTORIA BASICA DEL ARTE ESCENICO

CESAR OLIVA , CATEDRA, 2005

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