ESPACIO ESCÉNICO Y ESCENOGRAFÍA
En el siglo XVII
se representó teatro en lugares tan diversos como: las habitaciones y salones
de los palacios, las aulas de las universidades y los colegios, las iglesias y
los conventos, e incluso las casas particulares, o los jardines y estanques
palaciegos.
De otra parte
contamos con los espacios exteriores: calles y plazas y puertas de las
iglesias, bien a ras de suelo o en improvisados tablados donde se representaban
sobre todo entremeses, mojigangas o autos sacramentales; Para los autos se
utilizaban, a menudo, carrozas profusamente adornadas.
Estas
representaciones callejeras gozaban de escena múltiple, (ésta podía ser
horizontal o vertical) el público se desplazaba para seguir los diferentes
cuadros.
Por fin, hacia
1580, el lugar de representación fue estabilizándose, sobre todo en España e
Inglaterra con la aparición de los primeros corrales de comedias.
En principio se escogía un patio vecinal entre edificios donde se
instalaba un escenario de forma permanente que constaba de una tarima elevada
del suelo, unos dos metros, a cuya parte de abajo hueca se le daba utilidad
(por ejemplo, mediante una trampilla, hacer entradas y salidas sorprendentes de personajes). A los balcones del fondo, detrás
de la tarima, también se les daba utilidad como componente del escenario.
En realidad la
estructura es la que ha continuado hasta hace poco en nuestros teatros, los
palcos serían los balcones de aquellas casas.
Para entender la escenografía y el ambiente de la representación hay que
tener en cuenta que las sesiones eran con la luz del día.
Al principio no existía el telón de la parte delantera, sólo en la
trasera en el que se podía pintar algún motivo alusivo o bien, al abrirlo,
sugería que la acción pasaba al interior. Los elementos escenográficos eran muy
simples: alguna cortinilla, algún mueble, alguna planta, alguna piedra...para
sugerir diversos ambientes, el ambiente de la escena y los cambios de ubicación
se comunicaban por medio del propio texto de la obra y se contaba con la
imaginación del espectador.
Otro recurso
escénico lo constituían las trampillas y escotillones en el tablado; En algunos
corrales se llegó a habilitar un aparato elevador, por medio de cuerdas y
poleas, para simular vuelos o ascensiones a los cielos. También tuvo mucho
predicamento el “bofetón”, panel giratorio para hacer aparecer o desaparecer
personajes e incluso objetos.
MIS FUENTES
https://lawebdelacultura.com/teatro/como-era-el-teatro-en-el-siglo-de-oro/