EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL 3ª PARTE
Debido
a la existencia de Corrales y de Teatros cortesanos, el oficio teatral se va
estabilizando.
A principios del siglo XVII, un dramaturgo podía obtener
unos 500 reales por comedia representada en corral, cantidad que a mediados
subió a 800.
Los actores se unían, por lo general, en compañías estables que recibían los
siguientes nombres en función del número de componentes:
- El BULULÚ es un solo actor que va a pie de pueblo en pueblo. El hecho de tratarse de un solo actor confiere un aspecto especial a la representación puesto que el actor hará de personaje y de presentador; deberá indicar qué personaje aparece en escena y su actitud lo cual supone un esfuerzo tanto para el actor como para los espectadores.
- El ÑAQUE lo componen dos actores que interpretan su limitado repertorio en forma de diálogo, disponiendo de pocos elementos de caracterización.
- La GANGARILLA la componen tres o cuatro hombres, de los cuales uno es un muchacho que hace las veces de mujer en los papeles femeninos,. Este grupo muestra una mayor preocupación por los elementos de caracterización (barba, cabellera) y vestuario.
- El CAMBALEO cuenta con una mujer entre sus seis componentes. El repertorio, como es lógico, aumenta junto con el número de cómicos, y éstos ya poseen un lío de ropa.
- La GARNACHA es ya una agrupación de cierta importancia puesto que la conforman ocho personas, entre ellas una mujer y un muchacho. Este grupo ya tienen un vestuario propiamente dicho y un amplio repertorio Resulta interesante destacar que, “si para los otro tipos se emplean términos de significados degradantes –bululú: engañador; ñaque: montón de cosas inútiles; gangarilla: ganga; cambaleo: cambalache–, éste [garnacha] refleja ciertas pretensiones en el vestir, ya que la palabra garnacha equivale a vestidura talar que usan los togados. O sea, esta compañía ya merecía algún tipo de respeto que se manifiesta en el nombre con la que se la bautiza.
- En la BOJIGANGA ya hay dos mujeres, además del muchacho y los seis o siete actores. Con el número siete se acopla la enumeración de papeles que representaban en sus obras: un necio, un bravo, un mal sufrido, un porfiado, un tierno, un celoso y un enamorado. En cuanto al nombre que recibe tal compañía, bojiganga, hemos de decir que proviene del nombre de uno de los personajes que en ella solía haber. Éste sería una especie de diablo vestido con cascabeles que esgrime un palo con vejigas de vaca hinchadas.
- La FARÁNDULA ya cuenta con tres mujeres y un repertorio de casi diez obras.
- La COMPAÑÍA representa el máximo en la composición de estos grupos teatrales, con sus treinta personas. La diferencia fundamental con los otros grupos es la posesión de un “título”, es decir, un documento oficial que concedía el Consejo Real en nombre de Su Majestad para representar, y este permiso sólo lo poseen las compañías. Así se establecen dos categorías de grupos teatrales: Las COMPAÑÍAS DE TÍTULO (que sería precisamente éste) y las COMPAÑÍAS DE LA LEGUA (que serían todos los demás).
Entre los grandes autores del siglo de oro debemos citar a:
- LOPE DE VEGA (1562-1635). Mucho se ha escrito y dicho de su prolífica obra. El propio Lope en su Egloga a Claudio (1631), da la cifra de 1.500 obras escritas para la escena... aunque no deja de ser poco fiable, en cualquier caso, muchas sí fueron, no cabe duda que trescientas o cuatrocientas sí salieron de su magín. Y de todas las clases, estilos y temas.
- TIRSO DE MOLINA (1571-1648). Quizá el más dotado de los dramaturgos españoles de principio de siglo, junto a Lope de Vega, al que tenía como maestro, es autor de casi un centenar de comedias conservadas, aunque se dice que escribió cuatrocientas.
- PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA (1600-1681). Dedicado a los corrales desde muy temprana edad, Una biografía teñida en lo humano de mil y un enigma. Es reconocido por su Autos Sacramentales
Curiosamente
el teatro religioso en España
tiene un inusitado esplendor en el siglo XVI, cuando la mayoría de los países
europeos lo iban perdiendo. Este teatro religioso es heredero de los
“misterios” medievales y sus piezas reciben el nombre de “Autos (actos)
sacramentales” porque en su mayor parte su contenido hacía referencia a la
Eucaristía.
(Continuará)
MIS FUENTES:
HISTORIA BASICA DEL ARTE ESCENICO
CESAR OLIVA , CATEDRA, 2005
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