INTRODUCCIÓN
Llamamos Renacimiento a la revolución
cultural, surgida, en Europa y en los países americanos recién descubiertos,
durante el siglo XVI. Este fenómeno tiene lugar en el ámbito urbano, en el seno
de la nueva clase social burguesa.
Apoyándose en los nuevos descubrimientos y en
el progresivo abandono del espíritu teocéntrico de las centurias precedentes
apuesta más por el individuo, forjando así una cultura más humanística.
Apuesta por el abandono de todo lo viejo y caduco y un
regreso a la cultura clásica greco-latina y por una creación cultural y
artística más libre, menos encorsetada.
El centro del interés deja de ser Dios y pasa a ser el
hombre. Debido a todos estos cambios el teatro comienza a tomar nuevamente el
protagonismo que había tenido varios siglos atrás.
La llegada de las teorías renacentistas al arte teatral,
cabe situarla a finales del siglo XV.Las realizaciones populares de finales del
siglo XV empezaron a tener un cierto aire renovador al basarse en las
inquietudes de una nueva y pujante clase social, la burguesía, que iría
desplazando en importancia económica a la nobleza, debilitada por el fin de la
estructura feudal.
El teatro renacentista pretende una resurrección
del teatro clásico tomando el espíritu del sentido del espectáculo romano más
que la catarsis religiosa del teatro griego. Hay que esperar al Renacimiento y
su culto a la antigüedad clásica para ver abrirse, dos mil años después de la
muerte de Eurípides, el período más brillante del teatro occidental, en Italia,
España, Inglaterra y Francia.
Esta “resurrección” del teatro no fue inmediata al inicio
del Renacimiento ni estuvo exenta de tensiones, incluso de algún retroceso.
En 1508 se inventa la imprenta y con ella la
difusión de libros que antes tenían una circulación restringida al tratarse de
manuscritos. Fue entonces cuando se imprimieron los textos de Aristóteles, su
“Poética” -tratado sobre la tragedia-; al tiempo que se imprimían obras del
teatro griego lo que propició que los géneros –comedia, tragedia, drama-,
desconocidos durante la época medieval, volvieran a representarse.
Sin embargo no debemos desdeñar el aire renovador que ya se apreciaba en las representaciones populares de finales del XV al centrarse en los intereses de la nueva clase social: la burguesía. Un claro ejemplo es el “Micer Pathelin” (1470) donde todos sus personajes son burgueses:
(Pathelín, un abogado
deshonesto convence al pañero Guillermo Joceaulme para que le venda fiado.
Cuando el pañero se presenta en casa del abogado a cobrar, éste se halla en la
cama simulando delirar y en estado moribundo.
El mismo pañero acusa
a su pastor Teobaldo de matarle parte de sus ovejas para comérselas.
El pastor contrata a
Pathelín para que lo defienda y éste le aconseja que en el juicio se haga el
tonto y que a las preguntas del juez responda con un balido «bée».
Estando en el juicio
el pañero reconoce a Pathelín, y embrolla todo el proceso confundiendo las
reclamaciones por el paño y por las ovejas. Harto el juez de tanto galimatías
declara inocente al pastor.
Cuando Pathelín
reclama sus honorarios al pastor por defenderlo, éste sigue dando la misma
respuesta que había dado a su amo, por consejo del propio abogado: «bée»,
«bée».)
En este final del siglo XV y primera mitad del XVI conviven
distintas formas de entender el teatro. Una populista del gusto de la gente
corriente que aún continúa con las formas del teatro religioso medieval; el
teatro cortesano del gusto de la nobleza que prefiere el estilo de las églogas;
y otro más erudito de carácter universitario pegado a las reglas del modelo
clásico grecolatino.
Sobretodo se apreció una ruptura entre los
eruditos que defendían un seguidismo de las normas que habían sido definidas
por la cultura helena, y los poetas que optaban por una libertad de creación
que conectara con lo que el público popular, que se acercaba a los lugares de
representación teatral, demandaba y que poco a poco acabó imponiéndose pasando,
a veces, por fenómenos como la Commedia dell’arte.
En 1568, con la llegada del concilio de Trento
y su afán por impedir la libertad de creación y expresión, surge la inquisición
imponiéndose la censura:
- Se prohíbe escribir historias obscenas o ridículas contra la Iglesia
- Se crea el índice de los libros que no se podían leer
- La imaginación tiene un limite que es la realidad
- La verdad poética tiene que estar equilibrada con la verdad natural, todas las obras debían tener un punto de verosimilitud
Pero a pesar de todos los impedimentos no se
pudo impedir el desarrollo de los mejores momentos del teatro en Europa.
Florecimiento teatral que solemos definir en tres localizaciones geográficas
casi coincidentes en el tiempo: ITALIA y su comedia del arte – INGLATERRA con
el teatro isabelino – Siglo de oro de ESPAÑA.
FUENTES:
https://docs.google.com/document/d/1793Uno3HZGSCrTKgEY2TWNVfzwvrhm8BZpxm7m5rYog/edit
http://es.scribd.com/doc/178581924/Trabajo-Practico-04-RENACIMIENTO
http://arteescenicas.wordpress.com/2009/11/22/unidad-didactica-ii-3-teatro-renacentista/
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