martes, 9 de marzo de 2021

EL TEATRO EN ROMA y X

 FIN DE UNA ÉPOCA

Con la caída del Imperio Romano de Occidente, en el 476, desaparece el teatro romano y el teatro en sí mismo. Aunque no fue ésta no es la única causa de su desaparición.
En los últimos tiempos (a partir del siglo II) el público se había decantado más por el espectáculo y fue derivando a los espectáculos de circo, pantomimas y luchas de gladiadores.



El Coliseo, terminado en el año 80 d. C., podía contener a cincuenta mil espectadores, lo que constituía un público excesivamente numeroso como para ser entretenido por las peripecias intimistas de las obras de teatro.


Ante la insistencia popular, el actor clásico desapareció para ser sustituido en una rápida sucesión por breves escenas cómicas, espectáculos de mimos, payasos, despliegues acrobáticos y volatineros.

Luego se hicieron populares las luchas de animales y, por último, los combates entre seres humanos atrajeron el cambiante interés de la multitud romana.


Posteriormente, todos estos números dejaron lugar a las representaciones acuáticas para la realización de las cuales se inundaba la arena.


Si a esto unimos el ascenso de la iglesia cristiana que, desde el principio, se opone al teatro; no gustaba su conexión con las fiestas paganas, con las dionisiacas; las críticas que desde el escenario se hacían de la religión emergente y el comportamiento amoral de los actores eran piedra de escándalo para las nuevas creencias.


La decadencia se hace patente cuando los magníficos edificios dedicados al teatro son reciclados y ocupados por viviendas y talleres que se asientan sobre sus escenarios y caveas


La era del teatro clásico estaba terminando, y con él desaparecía el especial significado del papel que el teatro había desempeñado durante mucho tiempo en la sociedad


El resultado fue que el mundo occidental vivió de espaldas al hecho teatral durante más de 500 años. Tan solo los juglares y trovadores en el mundo medieval, sobrevivieron y mantuvieron el fuego sagrado del teatro.



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