jueves, 21 de enero de 2021

EL TEATRO EN ROMA V

 

PÚBLICO

El público romano siempre fue más aficionado a los espectáculos de corte circense que a las representaciones teatrales. Compárese la capacidad de los mayores teatros con el de los coliseos y circos; por ejemplo las 255.000 plazas del Circo Máximo. Quizá por ello sea bullicioso e incluso grosero, a menudo el actor que presenta el prólogo ha de solicitar silencio y rogar que permanezcan sentados (no escandalizarse, hoy día en nuestros teatros hay una voz que, cuando va a comenzar la función, dice: “rogamos ocupen sus asientos y desconecten las alarmas electrónicas”).

Naturalmente el público era diferente según el tipo de obra a representar. El público de la Comedia y el Mimo era más numeroso mientras que a la Tragedia asistía la élite.
Todo el mundo tenía autorización para asistir a los espectáculos teatrales, igual hombres que mujeres, libres o esclavos, si bien tenían espacios diferentes:
  • En los palcos laterales se sentaba el organizador, la autoridad local
  • En la Orquestra se sentaban las autoridades
  • En la Inma Cavea (la zona más cercana al escenario) se sentaban las clases altas, en contadas ocasiones acompañadas de sus mujeres
  • En la Media Cavea se situaba el público general, en la mayoría de los casos solo hombres
  • La Suma Cavea (la parte más alta) alojaba a los esclavos, las mujeres y los niños

El Teatro Romano de Mérida, equipado en la actualidad para una representación, obsérvese, por el colorido de los asientos, que se continúan haciendo distinciones entre categorías de espectadores.


Impresionante aspecto del teatro lleno de público


 

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