martes, 8 de septiembre de 2015

HISTORIA XVII

EL TEATRO EN EL SIGLO XX (I)

En este siglo se produce, en el teatro, una reacción frente a los usos y abusos naturalistas que podemos acotar en las siguientes tendencias:

Teatro simbolista: El teatro simbolista trataba de sustituir toda la parafernalia naturalista y realista por una espiritualidad que emana del texto y de la interpretación, con un mínimo de escenografía. El teatro simbolista pretende crear en la escena atmósferas poéticas. A menudo esto producía una cierta lentitud en el devenir de la acción teatral.

El máximo representante de esta tendencia en el plano europeo es Meyerhold. Se puede considerar una innovación revolucionaria, que se aparta del realismo y del naturalismo, su aportación de la interpretación  frontal de cara al espectador.

Obliga a los actores a actuar de cara al público. Para el público resulta sorprendente durante los primeros momentos pero se acostumbra enseguida una vez ve las primeras escenas. Para los actores que dialogan es un problema porque no hablan de cara al interlocutor y deben saber en todo momento los gestos y las reacciones del otro personaje sin verlo. 

Teatro expresionista: Se trata de una tendencia que busca presentar una realidad distorsionada, deformada. En estas obras se acentúa la teatralidad de la escenografía –uso exagerado de luces y sombras- y de la interpretación para que la obra no pueda caer en un realismo fácil.

En el teatro expresionista predominó la temática sexual y psicoanalítica, quizá por influencia de Freud, cuya obra “La interpretación de los sueños” apareció en 1900. Asimismo, los protagonistas solían ser seres angustiados, solitarios, torturados, aislados del mundo. Uno de los más destacados representantes de esta estética fue el productor y director teatral Max Reinhardt.

Experimentó con la iluminación, creando juegos de luces y sombras, concentrando la iluminación en un sitio o personaje para captar la atención del espectador

El teatro del absurdo: Esta tendencia teatral tiene su origen en Francia a partir de la década de los 50 con autores como Eugene Ionesco, Samuel Beckett, Jean Genet… (aunque ninguno de ellos es francés, son dramaturgos vinculados a Francia de una u otra manera). 

Algunos caracteres que definen el teatro del absurdo son los que siguen:
  • El hombre se encuentra perdido en un mundo absurdo.

  • Angustia ante la muerte y la nada posterior.
  • Deliberado abandono de una construcción dramática racional, propiciando situaciones ilógicas

  • Personajes incoherentes.


  • Presentación de una realidad grotesca y una falta de división clara entre fantasía y realidad



  • Mezcla de lo ridículo y de lo trágico, de la angustia y de la burla.



  • Lenguaje ilógico: frases sin sentido, descontextualizaciones, incoherencias...


Teatro surrealista: Pretende romper con el teatro realista mediante la introducción de lo ilógico, del absurdo y lo irracional. En esta forma pueden ser destacados algunos autores españoles, como García Lorca, con sus obras “El público” y “Así que pasen cinco años”.

En realidad casi todas las tendencias del siglo XX -el teatro simbolista, el teatro de la crueldad, el del absurdo …- tienen bastante de surrealista. A partir de Freud el arte en sus múltiple facetas se relaciona con el surrealismo.

Teatro experimental: En la última parte de este siglo aparecen una serie de grupos entregados a la búsqueda de nuevas formas al margen de lo que es el teatro comercial.

Algunas características serían:

  • Primacía del espectáculo total sobre el texto literario.



  • Aprovechamiento de elementos de otro tipo de espectáculos (el circo, el cabaret, los títeres, el cine…)(2.138) (2.139)





  • Ruptura de la tradicional separación entre escenario (actores, representación) y sala (público, contemplación), haciendo participar al espectador en la representación.


  • Sacar el espectáculo de los locales tradicionalmente dedicados al teatro (calle, naves, mercados…).

Entre los cultivadores de estas tendencias experimentales destaca el llamado “Living Theatre”.

MIS FUENTES:


HISTORIA BASICA DEL ARTE ESCENICO
CESAR OLIVA , CATEDRA, 2005



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